“Santa Marta es Belleza y Gratitud Pura”: Alberto Linero

Dicen que los buenos recuerdos siempre se guardan en el alma, y para el Alberto Linero, Santa Marta es exactamente eso: un pedazo de vida que nunca se olvida. Este reconocido sacerdote colombiano, nacido y criado en la capital del Magdalena, lleva a su tierra en el corazón y en cada palabra que pronuncia con orgullo.
Nació en Santa Marta, la perla del Caribe, la bahía más linda de América, donde cada calle, cada rincón, le trae recuerdos de una infancia feliz en su barrio El Olivo. “Ahí crecí, jugué fútbol en la calle, me comí mis bollos bien amarraditos y viví entre una gente que lo quiere a uno bonito, de verdad”, cuenta con emoción.
Para él, Santa Marta no es solo un destino, es un sentimiento. “Aquí el sol brilla distinto, el mar tiene otro sabor, y la brisa viene con un cariño especial”, dice. Y claro, no puede dejar de hablar de la comida, porque si algo se goza en esta ciudad es el buen comer. “A mí me devuelven a mi infancia un buen mote de guineo verde, una carimañola en la mañana, un arroz de camarones… ¡Santa Marta sabe a gloria!”.
Pero más allá de su belleza, Santa Marta también es cuna de grandes talentos que han llevado su nombre en alto. “Carlos Vives no se cansa de cantarle a su tierra, y uno lo entiende, porque aquí cada calle tiene una historia. Y qué decir de ‘El Pibe’ Valderrama, un ídolo del fútbol que representa lo que somos: talentosos, carismáticos y con mucho sabor”.
El Padre Lineros lo tiene claro: ser samario es un orgullo. Y si hay algo que mueve pasiones en esta tierra, es el fútbol. “El Unión Magdalena es más que un equipo, es parte del alma de la ciudad. La hinchada lo sufre, lo goza, lo siente… así es el fútbol aquí, puro sentimiento”.
Santa Marta es todo en uno: mar, sierra, cultura, historia y tradición. Desde los cerros y miradores hasta las playas de ensueño del Parque Tayrona, esta ciudad lo tiene todo. Y según Lineros, es un regalo que todo colombiano debería darse al menos una vez en la vida.
“Si no has venido, te estás perdiendo de algo muy grande. Santa Marta es alegría, es sabor, es gratitud. ¡Vení y vivílo, que aquí te esperamos con los brazos abiertos!”.